miércoles, 20 de noviembre de 2013

Grietas en el Alma...

 "¿Acabar? El viaje no acaba aquí, la Muerte es solo otro camino que todos tenemos que tomar".

Ian McEllen (El señor de los anillos: El retorno del rey)

Las estadísticas, siempre números fríos y crueles, reflejan lo que se ha venido afirmando desde hace tiempo: en los próximos 26 años, prácticamente se triplicará la población de adultos mayores en nuestro país. para el año 2030 habremos rebasado los 22 millones De Adultos Mayores.
Pero cual sera la situación de estos Adultos Mayores (Nosotros) En efecto, la población mexicana en pocos años será anciana. Y no es que la ancianidad constituya un problema; la dificultad radica en que los mexicanos carecemos de una cultura de trato, cuidado y protección al anciano, y nuestros viejecitos, hoy, están siendo tratados con crueldad e indiferencia.

“Emilio García, miembro del Instituto Nacional de Nutrición: «El 30 por ciento de los 8.5 millones de adultos mayores en México, tienen enfermedades incurables y, en muchas ocasiones, son rechazados en las instituciones de salud pública o privada» afirmó el especialista, y agregó: «Los ancianos son un grupo muy vulnerable; en un principio, son los más pobres, los que acusan más discapacidades y los que menos utilizan los servicios de salud; además de que muchos de éstos les son negados por el simple hecho de tener más de 70 años; por ejemplo, un trasplante renal para una persona mayor de esta edad, está fuera de toda cuestión o elección», aseveró Emilio García. Expuso, asimismo, que también las personas en edad avanzada que tienen recursos económicos son discriminadas: «Si un adulto mayor tiene guardada cierta cantidad de dinero en algún banco, no obstante en las instituciones bancarias no le autorizan el uso de una tarjeta de crédito, y si carece de ésta, a su vez le es negado el acceso a algunos servicios de salud privados; muchas de estas personas dependen de alguno de sus hijos para poder recibir atención», abundó el geriatra. Entonces, cabe preguntarnos: ¿y quién no tiene parientes o éstos se desentienden de ellos?”
A diferencia de muchas culturas incluso milenarias En el mundo islámico, uno raramente encuentra asilos o instituciones destinadas al cuidado de los ancianos. El esfuerzo de cuidar a los padres en esta dificultosa etapa de su vida es considerado un honor, una bendición y una oportunidad de crecimiento espiritual muy grande. En el Islam, no es suficiente que tan solo oremos por nuestros padres, sino que debemos tratarlos con una ilimitada compasión, recordando que cuando éramos unos niños desvalidos ellos nos prefirieron a si mismos. Las madres son particularmente honradas. Cuando los padres musulmanes alcanzan la senilidad, son tratados con misericordia, gentileza y desprendimiento.

En el Judaismo “ Delante de una persona canosa te levantarás y honrarás al anciano” (Levítico 19:32). Este versículo expresa la postura acerca del respeto a los ancianos en virtud de la edad en sí, sin necesidad de otro mérito o parentesco.

En el Judaísmo existen ancianos como protagonistas de las Sagradas Escrituras. Moisés, por ejemplo, comenzó su liderazgo a los 80 años de edad.

También sabemos cómo el consejo y la formulación ética de los ancianos (“Ziknei Hair”), eran los que se constituían en pilares de la conformación familiar y comunitaria judaica. Recordemos las palabras de Job (12:12): “La sabiduría está en los ancianos y el entendimiento es fruto de avanzada edad ”.
y de esta forma podría enumerar muchos ejemplos que en la cultura de la humanidad fomentan el respetos a nuestros Abuelitos.
Pero que es lo que sucede en nuestra golpeada y cada vez mas confundida hedonista sociedad, en la que nos preocupa mas el placer que el sacrificio por personas que cuando eramos unos niños indefensos y vulnerables, ellos al igual que nuestros padres prefirieron nuestro bienestar a pesar de dolores y privaciones, prefirieron darnos la mano y hacernos reír, caminar junto a nosotros, arriesgarse, enseñarnos, tenernos paciencia en berrinches y rabietas, darnos mas de lo que realmente merecíamos, sufrir con nosotros y desvelarse en las tareas escolares, en ocasiones simplemente abrazarnos muy fuerte cuando ellos mejor que nadie sabían que algo nos dolía, echarnos porras en nuestras competencias deportivas y académicas aunque no siempre ganáramos y cuando lo hacíamos nuestros abuelos eran los primeros en correr a enmarcar los diplomas y buscar un lugar para los trofeos, esos seres fantásticos y llenos de luz, con grietas en el rostro y cabellos blancos eran nuestros abuelos.
Ahora vemos con mucho dolor Abuelitos vendiendo dulces en las calles, cargando pesados bultos para llevar algo de comer a sus bocas, buscando trabajo con trajes viejos y miradas cansadas sin éxito alguno, los vemos empacando nuestras compras en los supermercados cuando ellos deberían estar sentados en sus casa frente a una taza caliente de oloroso café esperando el calor de sus nietos e hijos.
Los vemos encerrados en asilos, olvidados del mundo, en ocasiones los de mas recursos económicos con buenas atenciones y otros muriendo lentamente en lugares terribles, sucios y arrinconados.
Yo tuve la suerte de tener un Gran Hombre como Abuelo, si que tuvimos problemas, pero también una gran conexión, lo que marco nuestra relación fueron los momentos buenos, vivió toda su vida de forma coherente con lo que decía, incluso hoy después que ya murió no eh conocido nadie que pueda decir nada malo de mi abuelo, a mi hermano y a mi nos toco una extraordinaria niñez por la gran fortuna de nuestro “Papa Juan” como le decíamos, días de campo, juegos, caminatas, historias y mas, mi Abuelo murió como vivió, rodeado de su familia, en su casa con sus hijos y nietos, tranquilo y de la Mano de Dios, por eso al recordarlo y ver como otros Ancianos no tienen la misma suerte me hace pensar y reflexionar en que hacer.
Actualmente mas de dos millones de Abuelitos viven no solo en pobreza, viven en POBREZA EXTREMA, que podemos hacer? Que vas a hacer tu cuando seas anciano